¿Es que los rojos no podemos ganar dinero?

Seguramente esta frase quedará para la posteridad. La pronunció Gaspar Llamazares en una encerrona que le prepararon en un debate televisivo el pasado sábado. Apenas vi el programa. Ese tipo de debates acalorados, no son de mi devoción, especialmente porque no conducen a nada. No obstante, cuando ponían publicidad en otra cadena, coincidí con la oportuna frase ¿Es que los rojos no podemos ganar dinero o qué? Frase con la que se defendió de los ataques que le hacían acusándolo de ganar bastante dinero como diputado.
Esta expresión incendió las redes sociales, especialmente el tuiter, con numerosos comentarios a favor de la sentencia. Sin embargo, personalmente me llamó la atención otra apostilla que pasó inadvertida. En el mismo debate, trató de justificar su salario y afirmó que dedica mucho dinero a ayudar a los demás. Lógicamente, los periodistas buscando desacreditare, preguntaron que a qué causas contribuía y dijo, sin despeinarse, que daba gran parte de su salario a su partido.
Siempre he alabado la coherencia como una gran virtud. Y quizá eso fue lo que me chirrió de lo poco que vi del debate. Me parece que ayudar a los demás no es dar dinero a su propio partido. No puedo considerar que esté ayudando a los demás cuando invierto el sueldo en la compra de casa. No es para mí, el dinero, sino para mía hijos, pero eso no es ayudar a los demás. Ayudo a los demás cuando todos los meses asigno alguna cantidad a obras benéficas. Por tanto, no me parece que ese sea el significado adecuado de compartir
¿Es que los rojos no podemos ganar dinero? ¡Claro que si!, ¡faltaría más! Lo que ocurre es que no se puede defender lo indefendible. Seis mil euros es mucho dinero para un diputado rojo, verde o azul. Y eso, no se puede defender por ningún político sea del color que sea. Especialmente ahora que nos exigen apretarnos el cinturón y que han realizado muchísimos recortes en los servicios públicos.
Sin embargo, hay quienes dan ejemplo y son coherentes con aquello que proponen. El alcalde de Buenavista del Norte, por ejemplo, según leía ayer, devolvió todo el dinero cobrado en concepto de dietas que el ayuntamiento le había pagado. El afirma que la situación económica del ayuntamiento que preside no es buena. Tiene un sueldo que le permite pagarse sus traslados y gastos en concepto de dietas y por eso, en lugar de quedárselas, las devuelve. Eso es lo que los ciudadanos demandamos de nuestros políticos, sin importar el color que tengan, que prediquen con su ejemplo. Que no nos sigan exigiendo cosas que luego ellos no cumplen. La solidaridad no consiste en ayudar a sus amigos de partido. La solidaridad dice el diccionario de la lengua es “Adhesión circunstancial a la causa o a la empresa de otros”. No a la de su propio partido. Prediquen con el ejemplo y la conflictividad social bajará muchos puntos.

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