Apagado o fuera de cobertura en este momento

Este es el mensaje que más de una vez hemos escuchado cuando intentamos comunicar por teléfono con alguna persona. Sin embargo, pese a no llevar el móvil encima a o estar apagado o fuera de cobertura, muchas personas permanecen desconectadas y apagadas. Me refiero a aquellas personas con las que hablas y no escuchan. Están en otro mundo o con la cobertura en otro lugar. Esto significa que, en lugar de atender a una conversación, parece como si escucharan, pero apenas están oyendo. Muchos califican esta actitud como superficialidad en las relaciones interpersonales.

Este modelo comunicativo, se da, por desgracia, cada vez con más frecuencia. Personalmente lo atribuyo al individualismo en el que nos encontramos inmersos. Es decir, estamos tan habituados a desarrollar nuestra vida de forma tan personal, que no somos capaces de escucharnos unos a otros. Escuchar no supone aislarnos completamente del mundo para atender en exclusiva a nuestro interlocutor/a. Escuchar supone simplemente atender, prestar atención, estar en ese momento y en ese lugar con la persona con la que conversamos. Es muy frecuente, hoy en día, conversar mientras manipulamos el móvil, vemos la tele, paseamos… Sin embargo, una buena conversación requiere de algo más, necesita de otros sentidos aparte del oído y la voz. Hay que mirar a la otra persona cuando hablamos.

La vista y los ojos son muy importantes en la comunicación. Está muy extendido, a raíz de modas absurdas, el llevar permanentemente las gafas de sol puestas. La conversación no es igual con los ojos ocultos. Se puede hablar de cosas triviales o con personas a las que conocemos mucho, llevando esa protección ocular. Sin embargo para una verdadera conversación necesitamos mirar a los ojos de la otra persona. Los ojos tienen una gran carga expresiva que no puede ser ocultada. También nuestro cuerpo dice mucho mientras conversamos. He de confesar que la comunicación no verbal, es un tema que me apasiona. Dicen los entendidos que nuestra conversación no es tan buena por lo que decimos, sino por cómo lo decimos.

Por eso, con esta breve reflexión quería apostar por la apertura, por la escucha, por una buena conversación, por conectar con las personas con las que hablas. Es bueno que en algunas ocasiones desconectemos y nos pongamos fuera de cobertura, porque lo necesitamos para nuestra interioridad, para estar con nosotros mismos. Sin embargo, cuando conversamos, sería muy bueno abandonarlo todo y dedicarnos únicamente a la conversación.

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