El brillo de los ojos no se opera

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Hace unos días asistí a un taller de coaching en el que, en una de las sesiones, me llevé como aprendizaje esa frase. ¿Qué hemos aprendido hasta el momento? -preguntó el entrenador-, «que el brillo de los ojos no se opera», respondí con entusiasmo. ¡tremenda frase!

«El brillo de los ojos no se opera» es una frase que acuñó Lola Flores. Desconozco el contexto en el que la pronunció, pero viene a ser, a mi juicio, algo así como que por mucho que queramos fingir, nuestros gestos, nuestro rostro, la mirada, los ojos, hablan mucho más que nuestras palabras.

Hay otro dicho popular en este mismo sentido: «El rostro es el espejo del alma». No podemos ocultar nuestras emociones. Si estamos bien, nuestro rostro reflejará nuestra felicidad, pero si las cosas no van correctamente, nuestros gestos, nuestra cara, nuestros ojos, nos delatan. Podemos fingir durante un rato, pero no eternamente. Lo que muchos desconocen, es que ese brillo, además, se transmite casi de forma involuntaria entre las personas, con diferentes denominaciones.

No obstante, la frase no concluye de esa forma, sino que podemos revertir esta situación. En el caso de sentir infelicidad, que se delata por nuestras expresiones, podemos cambiarlo. El brillo de los ojos no se opera, significa que nadie desde fuera puede cambiar lo que sentimos en nuestro interior. Nuestro brillo, es propio, es personal, es intransferible, aunque no es definitivo. Podemos cambiarlo.

No hay nadie que haya nacido con estrella y otros estrellados, como también se afirma popularmente. Los estrellados pueden llegar al cielo y los que están en el firmamento se han desplomado, como atestigua toda nuestra historia reciente. Pero ¿quiénes son los que llegan lejos? Todo aquel que se lo proponga. «es que… Nunca he tenido suerte, todo me ha ido mal en la vida». No creo que exista tal situación. Pero, aunque así fuera, podemos cambiarla en cualquier momento, desde que nos lo propongamos. Lo que sucede es que no podemos cambiar cosas haciendo siempre lo mismo. Si quieres, si crees que algo no va bien, lo normal es, en primer lugar reconocerlo, después cambiar. No se puede obtener un resultado diferente haciendo siempre lo mismo.

El entrenador, además, completó la frase cuando la mencioné. «pero se opera desde dentro», lo que significa que ningún estado es permanente. Todo cambia, todo pasa, podemos modificar aquello de nuestra forma de ser que no nos guste. No estamos «predeterminados de fabrica», somos cambiantes y mejorables, hasta donde cada cual quiera llegar, hasta donde nos lo propongamos. Tu felicidad depende de ti. Si hay cosas que no te hacen feliz, que te provocan desdicha, cámbialas, pero no continúes con las mismas rutinas y pensando «siempre me ocurre a mi».

El color de los ojos no se opera, porque las cosas de fuera no cambian nuestro brillo. Tener dinero, una posición social, tener un/a … Esas cosas nos hacen sentir mejor durante un rato, pero no definitivamente. Sólo «lo de dentro» es lo que nos hace sentir bien, lo que da brillo a nuestros ojos, lo que da sentido a nuestra vida.

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