Seguramente algunos se sorprenderán, pero he decidido hacer algunas reparaciones. Todos, en algún momento de nuestra vida, caemos en la cuenta que necesitamos algunas mejoras que nos permitan estar mas bellos, más guapos. Vivimos en una sociedad en la que la apariencia lo es todo y por eso he decidido pincharme algunas cosillas con las que mejorar. Dicen que el botox no es muy doloroso y ofrece unos resultados espectaculares. Hay algunas marcas interesantes, que voy a usar y que recomiendo:
Botox de aceptación. Es muy interesante. Se trata de un producto con el que puedo aceptar todas aquellas cosas que me rodean. A veces nos empeñamos en pretender cambiarlo todo. No me doy cuenta que «no puedo cambiar haciendo siempre lo mismo». Los grandes cambios siempre empiezan por uno mismo. Así que me inyectaré un poco de botox de aceptación. Para aceptar y aprender de aquellas cosas que me suceden y para cambiar todo lo que pueda, desde dentro, desde uno mismo.
Botox de la alegría. Este es muy difícil, pero no imposible. Me quiero inyectar botox de alegría en grandes cantidades. No sólo para encontrarme feliz, sino para repartir esa alegría y contagiar a aquellas personas que me rodean. No siempre es fácil de encontrar, pero vale la pena. Además, soy consciente que las arrugas de la tristeza muchas veces se adueñan del rostro y esas, sí que son necesario repararlas.
Botox de la interioridad. Generalmente la descuidamos mucho. Apenas rezamos, apenas hablamos con nosotros mismos. Esta sociedad nos lleva por un camino de prisas constante que apenas nos deja tiempo para ver cómo está nuestro interior, nuestro corazón. Hace falta más botox de interioridad donde cultivar la paz, la armonía, el bienestar y me voy a poner también un poco de ese producto.
Quisiera también algo de botox de la observación. Es frecuente ir demasiado deprisa y no darnos cuenta de aquello que nos rodea. El botox de la observación serviría para no pasar por alto las injusticias, para ser mas consciente de todo aquello que me rodea, para ser capaz de implicarme más y no pasar por alto las pequeñas cosas tan importantes en nuestras vidas.
Botox de la emoción. A veces me dejo llevar demasiado por la razón y no dejo actuar al corazón. Por eso, un poco de botox de emoción y sentimientos no viene nada mal. Ayudará a cubrir algunas grietas que siempre va dejando la cabeza que se impone en muchas ocasiones sobre el corazón, las emociones y los sentimientos. Es fundamental este botox para las relaciones afectivas y para la vida en general.
¿Pero no querías mejorar tu aspecto físico? ¡Claro! Estoy convencidísimo que mejorando todos estos aspectos de la vida personal, no hace falta ningún otro tratamiento e belleza. Si hay belleza interior, el resto no hace ninguna falta. La belleza, si brota del interior, llenará toda nuestra vida y no será necesario ninguna otra intervención externa.
¡Excelente! Cuando leí el título pensé que estaba «flipando», pero lo mejor de todo es el título, sin duda,…has dado con el secreto para rejuvenecer,…Un saludo,…
Crei algo distinto por el titulo, pero me parece muy original el enfoque que das…sin duda me gusta!
Gracias. Un saludo.