Los partidos de la Eurocopa, y la posterior victoria de España, han generado en la red sentimientos encontrados. Por una parte, las críticas de quienes afirman que el fútbol es «pan y circo» en estos tiempos difíciles y, por otro, los que han disfrutado de unos partidos de fútbol con más o menos pasión e interés.
No es nada despreciable hablar del número de telespectadores que, en esta Eurocopa, baten todos los records desde que se mide las audiencias. El 84% de las personas que veían televisión el domingo por la noche, seguían el partido de fútbol. Además, el partido de España frente a Portugal, es el programa más visto en toda la historia de la televisión con más de dieciocho millones de espectadores.
En el transcurso del encuentro de fútbol, internet era un hervidero. Se está extendiendo una divertida costumbre consistente en comentar acontecimientos televisivos con tus amigos virtuales a través de la red. Así, el #GraciasSara se convirtió en una fuente inagotable de chistes, a veces de mal gusto, hacia la periodista de Telecinco. En el otro lado, encontramos a quienes no siguen el fútbol y, en el uso de su libertad, critican duramente que “mientras muchas personas lo pasan mal”, “mientras Valencia está en llamas”, otros se divierten viendo el fútbol.
No creo que por ver un partido se le haga daño a alguien. Tampoco creo que sea de mucha utilidad que los televidentes españoles dejaran de ver el partido para ir a sofocar el incendio o que apagáramos la televisión en señal de duelo. Tampoco parece muy práctico dejar de pasar un rato agradable y divertido viendo la televisión para distraerse ante la mala situación económica por la que estamos pasando.
Considero adecuado, además de normal y sano para las personas, disfrutar de aquello que hacen. Si se está viendo el futbol, con el partido; si se está siendo solidario, ayudando, y los que están sofocando el fuego, lógicamente dedicados íntegramente a su labor con el apoyo de todos los que seguimos con preocupación ese triste acontecimiento. Por tanto, no parece sensato que por estar en una mala situación económica, porque exista un acontecimiento negativo, dejemos de hacer absolutamente todo y pasar horas dándole vueltas a ese problema en el que nos encontramos.
Hay quienes se aventuran a decir que no está bien que se les prepare un gran recibimiento a la selección española, gastando un montón de dinero mientras la economía hace aguas. También está en marcha una recogida de firmas para pedirles a los jugadores de fútbol que donen el dinero que recibirán como premio por ganar la Eurocopa a entidades solidarias. Propuestas, todas ellas adecuadas de personas o asociaciones, en el ejercicio de su libertad. Lo que no es razonable es que se nos trate de imponer esa forma de pensamiento único a todos.
Indudablemente lo que me parece más adecuado es que disfrutemos de todo aquello que tenemos. No está bien ver un partido de fútbol pensando en que hay personas que no pueden verlo. No está bien ir a trabajar cada día pensando que hay muchos que no tienen trabajo, no es lógico sentarse a la mesa cada día, sabiendo que hay quienes no tienen que comer. Lo bueno sería tratar de solucionar esas dificultades en la medida en la que podamos, sin dejar de vivir y disfrutar de aquello que hacemos. De lo contrario nos convertiríamos en unos amargados que no celebramos nada de lo que hacemos.