No seas Murphy muchacho

Con el premiso de «anóniman», creo que así se hace llamar la persona que coloca frases anónimas en la autopista del norte, voy a utilizar la frase de esta semana, para sacarle algo de jugo, si cabe, a este nuevo mensaje. «No seas Murphy, muchacho» creo que tiene la intencionalidad de proponernos que no nos dejemos llevar por las leyes y normas, que a veces parecen inquebrantables y que nos cuesta mucho romper. ¡No 

siempre todo tiene que ser igual!, las cosas no tienen porque cumplir unas normas, aunque sean las de Murphy: «atrévete a ser diferente»


Sin embargo, ser diferente, no ser Murphy, puede llevarnos a pensar que debemos transgredir las reglas. Es decir, la mejor forma de ser auténtico es saltándose las normas a la torera. Cosa que no debe ser así. Es más, estoy convencido que ese sea el sentido de la frase. Al menos, no es el sentido que debiera tener.

No ser Murphy, es una invitación a no caminar siempre por los mismos caminos, a preguntarse cada día ¿por qué hacemos esto? ¿Por qué pensamos de esta forma? Atrévete a romper las normas de tu propio pensamiento, desafía a tu propia mente, no con la finalidad de «comerse la cabeza» más de la cuenta, sino con la intención de ser coherente con uno mismo.

Muchas personas se resignan con un «siempre ha sido así». Esto no se puede cambiar. Lo que, indudablemente, constituye la prueba más evidente de la vejez. Somos viejos no cuando nuestro cuerpo no pueda moverse, sino cuando nuestra mente se estanque y se lleve por las leyes de Murphy: «Todo lo que tiene que sudeder, ocurrirá». Sin embargo me resisto a pensar de esa manera. Mi frase sería «Todo lo que tiene que ocurrir ocurrirá, si no lo evito»

La sociedad de hoy en día nos uniformiza, no sólo con las ropas de moda que debe llevarse obligatoriamente este verano, sino con el pensamiento, lo cual, indudablemente, es peor. Se nos dice que canción está de moda, cuál es el libro que debemos leer, qué programa de televisión ver, bajo pena de no estar a la moda. Lo peor del caso es que nos lo tragamos, conformado una sociedad mediocre, donde todo está previamente planeado.

¡Atrévete a ser diferente! ¡No seas Murphy! Camina por donde nadie haya caminado antes, busca nuevas posibilidades, pregúntate ¿por qué? cuando te propongan aceptar el «siempre ha sido así» Cuando te apetezca cantar, pasear, amar, jugar… no pienses en el qué dirán, más bien pregúntate ¿y por qué no?, ¿qué me lo impide? El miedo a que dirán ¡vaya bobería!. No sólo me hará más igual al resto, sino más infeliz, porque hago lo que no quiero… ¡Atrévete a ser diferente! ¡No seas Murphy!

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