Pese a que en muchas cosas algo hemos avanzado, en expresar opiniones y en el respeto a las libertades de las personas, en verdad no hemos progresado mucho. Especialmente los personajes públicos deben mantener cierto grado de hipocresía y mostrarse «políticamente correctos» para evitar ser el blanco de las iras populares. Esta vez la diana es Mai Meneses quien, embarazada de seis meses, ha tenido la feliz ocurrencia de declararse pro—vida y participar en un concierto a favor de la vida el 24 de marzo. Las acusaciones más leves que se ha llevado la muchacha ha sido: «Una nueva María Ostiz» y «Norma Duval 2.0», «Musa antiabortista», «Musa de la extrema derecha». Por tanto, queda claro que no se puede y, al parecer no se debe, manifestar públicamente alguna convicción personal, como es la de no gustarle el aborto.
Hace unas semanas, hablando—debatiendo con alumnos, les preguntaba ¿por qué era difícil averiguar la tendencia política o religiosa de nuestros famosos? Ellos, pese a ser bastante jóvenes, lo tienen bastante claro: «se ganarían la antipatía de los que no son de ese partido o credo religioso». Hoy esa idea, al parecer correcta, se lleva a los extremos. Al parecer, si un artista que valoro confiesa una determinada convicción, no sólo deja de gustarme, sino que además, le insulto y dejo de escucharle y le odio fervientemente.
En el caso de la política, quizá sea poco frecuente encontrar personas que nos decepcionen en ese sentido. No es lógico, obviamente, encontrar en un partido de izquierda alguien con pensamiento de derechas y a la inversa. Sin embargo, en el campo musical sí que pueden darse esos casos. Ahora de pronto, porque Mai Meneses diga que «no le gusta el aborto» o lo contario, automáticamente deja de gustarme «Nena Daconte». ¿Qué tiene que ver el tocino con la velocidad? Si la muchacha canta bien, lo hace siempre… y me seguirá gustando siempre al margen de su pensamiento. Reconozco que hay artistas que su imagen pública no me gusta, sin embargo su música sí y no por eso lo insulto. No existe a mi juicio mi ídolo perfecto… todos somos humanos y tenemos cosas que nos gustan más y menos.
Desde hace años se viene utilizando una palabra que me parece interesante pero que no acabamos de poner en práctica. Es la TOLERCANCIA. Muchos abanderados de esta palabra, son luego los mayores intolerantes. La tolerancia empezará a aparecer por este país cuando respetemos la diferencia, cosa que ahora no hacemos. Y, por desgracia, uno de los lugares donde aprecio mayor intolerancia es precisamente en la red. Precisamente, los insultos para Mai Meneses, han sido lanzados a través de internet. También confesé, ya hace tiempo, que no participo demasiado de los estados y artículos de amigos a través de internet, porque siempre, o al menos muchas veces, eran mal interpretados y rebatidos con cierta virulencia.
Sinceramente abogo por una sociedad en la que nos respetemos en libertad. En que podamos expresarnos libremente sin temor a que nuestra opinión sea malinterpretada, sino respetada, aunque no coincidamos con ella. Me gustaría que todos pudiéramos expresarnos en libertad y sin «ser políticamente correctos» por el miedo al que dirán. Me gustaría… Bueno quizá este párrafo debía haberlo iniciado como el célebre discurso de Luther King… sueño con un día… (seguiré soñando)