Me gusta que haya un cura en gran Hermano

No soy amante de los reality, más bien al contrario, los detesto. Pero cuando me llegaron las noticias de que un cura iba a estar en el Gran Hermano 13, me entró la curiosidad y vi el programa durante unos minutos, justo cuando entró con su moto en el “arca”. También me llamó la atención que participara una chica canaria y por me entretuvo un poco más.

Me gusta que haya un cura en GH 13 (no entiendo mucho lo del 12+1, no soy supersticioso), por dos razones que enumero, junto con una esperanza.

La primera razón es que me parece muy interesante que un sacerdote, tenga claro que estamos en un tiempo de misión y por eso es necesario lanzarnos a esos areópagos por los que poco circula la fe. Me parece bueno que un sacerdote, amante del heavy y de las motos se presente en televisión, diciendo que la gente de fe, es gente corriente, que le gusta la música las motos, el deporte, o cualquier cosa, tratando de eliminar las etiquetas que siempre nos han puesto. Es bueno, por tanto, que como misioneros se tenga la valentía y fortaleza de acceder a un programa de televisión de esas características.

La segunda razón, no menos interesante e importante, es el hecho de que una cadena de televisión valore y admita que haya un sacerdote en un reality. Eso supone que el fenómeno religioso, lejos de ser algo que muchos daban por muerto y enterrado desde hace años, sigue muy vigente y se opte por que haya un religioso, como forma de enganchar o de llamar la atención sobre un sector importante de la ciudadanía que no ven ese tipo de programas, pero que ahora sí que tendrán en cuenta a “ver que dice el cura”. Menudo papelón tiene el padre Juan.

Por último, voy con la esperanza. Mi esperanza consiste en que deseo que toda esa historia no sea un montaje. Es decir que el cura, sea cura de verdad. Porque, como no me canso de repetir, de la televisión “yo no me creo ya ni los telediarios”.  Y espero que todo esto no sea un montaje para obtener audiencia y lo digo en voz baja, porque ese programa siempre ha sido un espectáculo y montaje televisivo. Basta el ejemplo que uno de los concursantes dio anoche mismo: “Tuve que dejar los calzoncillos que traía porque eran de marca”. Todo está controlado ¡hasta los calzoncillos de los concursantes! También tengo esperanza porque este hombre de Dios de un buen testimonio, sea coherente con aquello que dice que es… y confío en que no tengamos que maldecir a los curas televisivos como ocurrió con el padre Apeles.  A ver que ocurre… estaré atento a Gran Hermano 13… ¡a ver que dice el cura!

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