¿Podríamos tener una segunda identidad en la red?

El otro día, hablando con un amigo sobre las redes sociales, se mostraba preocupado ante la posibilidad de las personas para desarrollar una segunda vida o segunda identidad en Internet. Había oído hablar, argumentó, del caso de alguien que a través de redes sociales habían conocido a terceras personas, destrozando familias, matrimonios, parejas… días después de esa conversación, creo que el tema merece, al menos, una reflexión.

La red nos ofrece hoy todas las posibilidades de llevar una vida paralela. Con amigos virtuales, podemos usar cualquier imagen que nos identifique, también mentir sobre nuestro trabajo, situación personal… podemos, efectivamente inventarnos toda una biografía novelesca y desarrollarla en internet. No hay nada ni nadie que nos lo impida, excepto nuestra conciencia. En cierto modo, el gran éxito de las redes sociales entre los jóvenes, consiste precisamente en esa posibilidad, la de mostrarnos ante los amigos de una manera «idealizada». El éxito del «tuenti», radica precisamente ahí. Chicos y chicas, posan durante horas ante su cámara para sacar su mejor imagen y colgarla en la red. A la hora de entablar amistades y conversaciones, al ser una red privada, ajena a los padres, los jóvenes pueden asumir un rol que desean, «un yo ideal» y que nadie controla.

En las redes de adultos, es absolutamente cierto que «nadie dice toda la verdad», además, no es recomendable hacerlo, entre otras cosas, porque a nadie, salvo al entorno más próximo, le interesa. La intimidad de las personas no debería quedar desvelada en una red social, aunque en muchos casos contemos cuál es nuestro trabajo, aficiones, deporte que practicamos etc, la intimidad es la esfera más personal de la persona y debe reservarla para sí. Además, si alguien me cuenta algo muy íntimo a través de internet, lo primero que hago es dudar de su veracidad. No parece normal que las personas cuenten cosas muy personales sin conocerte. Por tanto y aprovechando la brecha de «no se debe contar todo en la red», puede que algunos lo utilicen para falsear o mentir.

Acabo de leer en twitter la siguiente idea: «Tengo que buscar el modo de conjugar mi yo online con mi yo offline, tras las vacaciones antes, era capaz», frase que puede dar veracidad al argumento de mi amigo. ¿Llevarán las personas una doble vida en internet? No considero que la mayoría de los internautas activos lleven una doble vida en la red, lo que sí creo que es difícil de conjugar es el hecho de unas relaciones cercanas directas, persona a persona y estar activamente comprometido en la red, puesto que la actividad de internet requiere de mucho tiempo, estar pendiente de las redes, publicar, contestar… interactuar que lleva necesariamente algún tiempo detrás de un teléfono o un ordenador, que hemos de restar de las relaciones sociales directas.

Puede ocurrir, que las redes sociales sean una especie de «opio del pueblo», es decir, ese lugar donde me refugio para vivir una realidad social que no tengo en la vida real por muchos motivos, como por ejemplo por una deficiencia física, por dificultades para entablar relaciones estables con una persona. La red puede ser ese oasis que todos queremos de afectividad ante la imposibilidad de encontrarlo en la vida real, proyectando ese «yo idealizado», lo que, en principio parece malo, siempre que se tenga claro que es virtual, que no se corresponde con la realidad. Estuvieron de moda hace años, no sé si todavía lo siguen estando, juegos de ese tipo en la red, en los que el usuario elegía una apariencia y se lanzaba a vivir en una ciudad, donde podía conocer gente, relacionarse, ir a la bolera, jugar al ajedrez. No es malo, bajo mi punto de vista, siempre que entienda como un juego.

El peligro, tal como apuntaba mi amigo, puede darse cuando ante una insatisfacción en la vida real con mi familia o pareja, busco refugio en las redes sociales, soy capaz de relacionarme con otras personas para suplir ese vacío en la vida real. Es obvio, que antes de eso es preciso buscar una solución en la vida real para no vivir en un engaño tanto hacia las personas que me rodean como hacia uno mismo.

Estaba buscando la fecha exacta en la que me aventuré a navegar por estos mundos, pero no la encuentro. Quería hacer una referencia a una de las primeras cosas que aprendí de la red: «No se debe decir todo de uno, pero tampoco se debe engañar». Ni del lugar donde vives, ni de lo que haces, ni de quien eres, porque como dice un viejo refrán «se atrapa antes a un mentiroso que a un cojo». Recuerdo esas primeras aventuras de Internet con el IRC (creo que así se llama el Chat) donde tardabas muchísimoooo en conectarte y entrabas en determinados salones por temas… buuuf hace siglos de eso ¿no? Allí se demostraba una y otra vez que no podías engañar… entre otras cosas porque si decías que vivías en Canarias, por ejemplo, era una propuesta muy atractiva y te acribillaban a preguntas, con lo cual si mentías… te encontrabas en un grave problema. Con todo, ¿podríamos tener una doble vida en internet? Si, pero desde luego no es nada aconsejable.

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