Lo complicado que somos las personas, también en la red

Una de las cosas maravillosas que tienen las personas, que en algunos casos es una dificultad, es la relación entre iguales. No es nada fácil que dos personas puedan llevarse bien siempre. Hoy lo destacable son las cualidades negativas. Algunos que alardean de «lo que le dije», viste «como lo planté», «lo dejé callado/a…» Por tanto no hace falta ser muy inteligente para caer en la cuenta que no es sencillo relacionarse hoy con otras personas.
Hace unos días leía un tweet muy simpático, pero real como la vida misma: «Qué difícil es caerle bien a quien te cae mal». No podemos caerle bien a todo el mundo, hay personas que nos agradan más y otros que nos menos. Desconozco cuál es el origen de esta forma de actuar, que nos hace complicados y maravillosos al mismo tiempo. Porque, evidentemente sería aburridísimo vivir en lugar donde todo fuera cordialidad, alegría, todos sonrientes y felices, sin mal entendidos… No existirían los programas de cotilleo, ¿de qué van a hablar las vecinas cuando se encuentren? Si nos fijamos, la mayor parte de las tramas de las películas y series están basadas en un malentendido. Alguien que escuchó algo, que comprendió mal por circunstancias, la chica que quiere declararse, pero no puede, porque el chico no le hace caso, atraído por la súper guapa de turno, que resulta ser una insoportable. ¿Cuántas películas podríamos enumerar bajo este argumento? La lista sería interminable. Con lo que se puede reafirmar lo dicho al principio «lo maravillosamente complicados que somos». En esa diversidad, precisamente, está nuestra la riqueza humana, en saber desarrollar habilidades que posibiliten las relaciones positivas y duraderas entre personas.

Reflexiono sobre internet y las relaciones sociales en la red, porque es un fenómeno que en los últimos días me ha encantado. Soy un aprendiz nato, me apasiona observar cómo nos desenvolvemos, me fascina el lenguaje no verbal, creo que dice mucho más de la persona que la propia comunicación reglada. Pero claro, eso en Internet no existe. Todo es comunicación directa a través de palabras que llegan a personas de las que en algunas ocasiones sólo tienes el rostro, imagen, dibujo o caricatura con el que nuestro interlocutor se siente identificado y por eso la pone como su propia imagen. No es difícil establecer amistades a través de internet en las redes sociales. Durante los últimos meses he conseguido crear e implementarlas, dotándolas de más de mil amigos con los que interactuar. Generalmente solemos aceptar una petición de amistad de «tuenti», «facebook» y twitter, aunque ésta última red tiene unas reglas algo más complejas. Por lo tanto, al encender nuestro ordenador entramos en contacto con un grupo de personas que, muchas veces desconocemos personalmente, pero de la que podemos saber muchas cosas viendo su perfil, su nombre, su blog, lo que escribe, etc.

Las relaciones en la red, son doblemente complejas, puesto que a la propia complejidad del ser humano, al que cuesta entender, que nos cae mal, porque se las sabe todas, es un contestón… se añade la supresión de todos los códigos del lenguaje no verbal. No podemos conocer el estado de ánimo de las personas no vemos la cara «que es el espejo del alma». No tenemos una mirada, un gesto, una sonrisa… elementos, todos ellos, que posibilitan una comprensión más completa. Por ese motivo, muchas personas dicen no aceptar las relaciones sociales en internet, no aceptan la posibilidad de relacionarse con alguien a quien no ven. Sin embargo, lejos de ser un inconveniente, puede ser una ventaja. No hay que esta guapo/a para hablar con alguien en la red, ni siquiera aseado y afeitado. Podemos expresar nuestros pensamientos, tal como lo hago ahora en esta entrada de blog, sin que nadie me interrumpa, ni me pida más explicaciones. Es obvio, bajo mi punto de vista, que emerge, como ya he llamado en otra entrada del blog una nueva «redalidad», en la que intercambiamos información, ideas, pensamientos, nos relacionamos a través de un móvil u ordenador, con otras personas. ¿Es mejor?, ¿tal vez peor? No, sencillamente es la que toca, donde oponerse no sirve de nada, porque está en expansión y no asumirla supone quedarse desfasados.

¿Es fácil la relación entre personas en la red? Obviamente no, porque tampoco lo es directamente. La pregunta sería entonces ¿cuál es la clave entonces para una sana y buena relación entre personas tanto en internet como cara a cara? Bajo mi humilde punto de vista hay una respuesta: «LA EMPATÍA». Lo pongo con mayúsculas, porque es muy importante y consiste en la capacidad de ponernos en el lugar del otro/a. Si somos capaces de ser empáticos, podremos comprender a la otra persona. Si estamos ante ellos, pues porque tiene un punto de vista determinado, por su capacidad, formación, educación… lo que hace que una persona tenga una forma de pensar concreta. Si es en internet, por todo lo anteriormente dicho y porque deberíamos tratar a la otra persona como nos gustaría que nos trataran a nosotros. ¿Me gustaría que dijeran de mi lo que voy a poner/decir de otra persona? Si la respuesta no es afirmativa, no deberíamos escribirlo/decirlo. Además, la empatía es un canto a la LIBERTAD (que proclamo y valoro enormemente) de las personas porque ¿qué razón tengo yo para impedir la libertad, la expresión, de otra persona? Sucede, en ocasiones, que ocultos bajo un Nick, una fotografía, un dibujo o imagen determinada aprovechamos para expresarnos de forma que no lo haríamos habitualmente, engañando y engañándonos, pero que no sirve de nada puesto que, tal como sucede en la relación normal entre seres humanos, al final la verdad prevalece. Finalmente, para no extenderme más, porque no me gustan los textos excesivamente largos, no debemos olvidar, especialmente en internet, que pese a la imagen, al nombre adoptado en la relación de internet, aunque sea una empresa o colectivo, siempre, siempre, siempre, detrás cualquier identificador en una red social hay una persona, trátala como te gustaría que trataran a ti.

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